Aunque es lo mismo de siempre, a medida que mi peso baja, las consecuencias son mas notables: cada vez pierdo más cabello y el que no lo pierdo está muy quebradizo y opaco, siempre tengo mi temperatura corporal baja, entre 34º y 35º para ser honesta, mi depresión va en aumento y mis cambios de humor ¡ni hablar!, mi menstruación se ha ausentado ya por cinco meses (¡es genial para nosotras las mujeres! solo cuando no se piensa que sin eso uno envejece).
Mi mamá dice que estoy anémica y que eso es ya demasiado obvio, los analisis clínicos se vienen ya postergando desde hace un buen tiempo (para mi suerte), estoy segura de que cuando me los haga va a obligarme a dejar mi dieta vegana, aunque esa dieta no tenga la culpa de los resultados.
En fin, resumiendo la entrada quería decir que estoy comiendo como un puerco gigante y purgandome a diario más de cinco veces, y ya peso 47 kilogramos ¡Genial! ¿no? Bueno, soy bulímica, no pueden esperar otra cosa. Y como siempre pasa, todos dicen que estoy demasiado delgada, incluso personas que me ven a diario, pero yo no veo los cambios, ni siquiera con la ropa, eso si que deprime.
Y ahora que se viene el verano y la pileta... me la voy a pasar durmiendo.